viernes, 19 de octubre de 2012

LA TECNOLOGÍA, BENEFICIOS, DESVENTAJAS Y ADICCIONES


Un desafío que tiene nuestro sistema educativo es la incorporación de nuevas tecnologías para mejorar la calidad de la enseñanza y, obviamente, para ajustarse a las transformaciones técnicas del fin de siglo. Pero no se trata de la mera presencia de computadoras en las aulas. Tampoco de hacer lo que se viene haciendo con un nuevo instrumento. Se trata de aprovechar el sinfín de recursos informáticos para alcanzar nuevos objetivos, para incentivar la creatividad de los estudiantes, para modificar la dinámica de las clases, para traer el mundo a la pantalla del aula. Se estima que hay cerca de cien mil computadoras entre todos los colegios del país, pero no están, en general, ni bien aprovechadas ni bien distribuidas en la geografía nacional. El número no es pequeño, pero aún parece insuficiente. Es necesario, junto con los equipos, que se brinde mantenimiento, conexión a Internet, software educativo y capacitación a los docentes. Sólo de esta manera se puede revertir el analfabetismo informático de muchos de nuestros escolares y, también, es la única vía capaz de hacer que las nuevas tecnologías echen raíz en las escuelas actuales. En este sentido, una interesante iniciativa es el lanzamiento de la Primera Red Telemática de Educación que, a partir de abril y vía fibra óptica, conectará a doce escuelas de educación técnica y tres centros de formación pedagógica de la Ciudad de Buenos Aires. Las autoridades educativas porteñas estiman que para fin de año podrán sumar a las 124 escuelas de nivel medio y a los 21 centros de formación docente. En el futuro está previsto integrar a las escuelas públicas primarias. A través de la red los estudiantes podrán navegar gratuitamente por Internet y disponer de correo electrónico propio. A la vez, se promoverá el intercambio entre escuelas, docentes y alumnos. Se contempla capacitar a los docentes a fin de que se apropien de la computadora como instrumento docente y, de esa forma, puedan contribuir a que los chicos se apropien de los recursos informáticos para poder navegar por el mundo contemporáneo con la brújula más apropiada. Así como la educación es un medio de socialización y de preservación de lazos comunitarios, también es una instancia de adaptación al mundo existente. Y, en este sentido, nuestra realidad está profundamente ligada a las transformaciones técnicas. Si las escuelas se apartan de ellas, pierden eficacia en su función. En cambio, si entrelazan la tradición con la innovación técnica ganará toda la comunidad. 


La "sobrecarga de tecnología", cuando ve pacientes adictos al uso del teléfono celular o del e-mail.


Esta adicción comienza a verse cuando alguien no es capaz de abandonar el uso compulsivo de estos medios tecnológicos y al igual que las adicciones al alcohol, las drogas o el juego deterioran y destruyen los lazos sociales de la persona. El servicio de adicciones a la web y/o computadoras en Redomón, Washington, que provee atención y tratamiento para la gente que sufre estos problemas, estima que entre el 6 % y el10 % de los 189 millones de usuarios de Internet en USA, es dependiente de la tecnología.


Ahora bien, ¿cuáles son los signos del comienzo de una adicción? Según O'Neill hay que estar alerta cuando el envío de e-mails, mensajes de texto o chat reemplazan los encuentros personales o cuando la persona limita el tiempo que pasa con su familia y amigos para dedicarse a la web u otros medios virtuales. La imposibilidad de salir de casa sin el teléfono celular, de relajarse sin chequear los e-mails a cada momento o sin entrar en internet también son signos de la sobrecarga tecnológica.


Cuando la persona ya pasa más tiempo con la computadora que con la gente de carne y hueso o cuando presta más atención a los nuevos gadgets que a lo que pasa en la vida real podríamos estar frente a una adicción tecnológica preocupante. Si bien la Clínica Menninger ofrece prevención y tratamiento para este trastorno, O'Neill opina que es necesario advertir a la gente del peligro de la sobrecarga tecnológica y promover conductas más sanas en relación al uso de estos aparatos como puede ser la auto-fijación de pautas y limites en relación a cuando y cuanto usarlos. Lo esencial radica en que no queden descuidadas las relaciones personales frente a
frente.


Por eso, según O'Neill no es que debamos dejar de usar completamente nuestros ordenadores o teléfonos móviles, que pueden ser de gran utilidad, pero si debemos estar alertas a la posibilidad de perdernos a causa de ellos de aquello que pasa a nuestro alrededor. En palabras de O'Neill, así como pasa con el vino pasa con la tecnología, no es lo mismo tomar un vaso de tecnología que tomar una botella entera.

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